NO ES A MÍ A QUIEN LEES

No es a mí a quien lees se divide en cinco partes, la primera parte “Geografías del desasosiego” encontramos reflexiones sobre rutas y lugares anónimos que transitamos de manera cotidiana y que componen los mapas de las ciudad y que a su vez son mapas emocionales e interiores. “Otras voces” se inicia con un epígrafe de Keats: “tal vez ni siquiera ahora estoy hablando por mí mismo, sino desde alguna individualidad en cuya alma vivo en este instante” aquí las voces se muestran o se ocultan para revelar los matices del amor. “Escenas de familia” recompone lo íntimo a través de los retratos familiares. La cuarta estación lleva por título “Anuencia de las imágenes” evoca formas, colores y volúmenes de Giorgio de Chirico, Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Jeanne Hébuterne, Modigliani o René Magritte. El libro finaliza con “Parábola del Zigurat” que medita sobre el mundo globalizado. En esta sección confluyen varias lenguas creando un “melos” único y genuino. Este poema de carácter iniciático sostiene en su lenguaje una cadencia donde las palabras atraviesan el límite de lo significados y se van fundiendo hasta convertirse en música.